“…El consumo de alcohol y tabaco está socialmente aceptado en la sociedad, debido a que son drogas blandas o legales, aunque conllevan unos riesgos y efectos perjudiciales para la salud de extrema gravedad. En el caso del alcohol, según la OMS (2015) el consumo de esta sustancia provoca más de tres millones de muertes al año en todo el mundo, además de constituir un factor de riesgo a la hora de padecer diversas enfermedades y trastornos cardiovasculares como la cirrosis o el cáncer hepático, entre otros (Maurage, Joassin, Speth, Modave, Philippot y Campanella, 2012;Connor, 2017;Eliott, Forster, McDonough, Bowd y Crabb, 2017). El tabaco provoca según la OMS (2015) más se de seis millones de muertes al año en todo el mundo, duplicando al alcohol, además el consumo de esta sustancia se relaciona de forma directa con el padecimiento de enfermedades como el enfisema pulmonar, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diversas cardiopatías y el cáncer de pulmón (Haldorsen, Martinsen, Kjaerheim y Grimsrud, 2017;Vrana, Kern y Anderson, 2017).…”