La metaplasia lipomatosa del miocardio es una patología poco reconocida de la miocardiopatía isquémica crónica debido a su poco conocimiento y a que se diagnostica principalmente por tomografía computarizada y resonancia cardiaca, técnicas poco accesibles dentro del ámbito hospitalario. Estudios han descripto la metaplasia lipomatosa como predictor de hospitalización por insuficiencia cardiaca, arritmias ventriculares y mortalidad por todas las causas en pacientes con cardiopatía isquémica crónica. La resonancia nos proporciona una mejor caracterización del miocardio, y las secuencias potenciadas en T1 con y sin supresión grasa muestran imágenes de señal alta con mejor eficiencia diagnóstica respecto a la tomografía computarizada.