“…Respecto a la ubicación del catéter, en relación con un hemocultivo positivo, no hubo una diferencia significativa, pero se observa que la inserción del catéter en la vena femoral tuvo un mayor porcentaje de infección similar al estudio realizado por Sahli et al [25] y Amaral Schwanke et al [29], donde reportaron que a pesar de que las tasas de infección fueron altas en el sitio femoral, la ubicación del CVC no fue un factor de riesgo independiente, a diferencia del tiempo prolongado del uso del CVC que sí fue uno de los principales factores de riesgo relacionado con la infección. Por otra parte, el tipo de catéter no mostró una diferencia significativa en relación con un hemocultivo positivo, pero se observa que la inserción de catéter de tipo permanente tuvo un mayor porcentaje de infección similar al estudio de Alhazmi et al [22], el cual reportó que este es un factor de riesgo independiente para la aparición de infecciones entre los pacientes en hemodiálisis, al contrario de la FAV qu e es la primera opción de acceso vascular, no siempre es posible realizarla en la práctica clínica por sus complicaciones, al ser un procedimiento quirúrgico y sus contraindicaciones en ciertas situaciones como: expectativa de vida inferior a seis meses, cardiopatía, arteriopatía o ausencia de capital venoso que imposibilite o contraindique su realización, así como pacientes en lista de espera de un trasplante renal de donante vivo, en espera de maduración de una FAV, en pacientes que previamente eligieron diálisis peritoneal en espera de utilización del catéter peritoneal o por deseo expreso del paciente [33,34]; sin embargo, esta se asocia a una menor eficacia dialítica, una mayor incidencia de disfunción mecánica, trombosis y bacteriemia [30]; a su vez, la infección del catéter limita la vida útil de este, alterando la función de una purificación de sangre exitosa, por lo cual existe una relación entre ambas variables, ya que la disfunción del catéter también genera manipulaciones intrahemodiálisis constantes por parte del personal de salud, con riesgo de colonización microbiana [35], por ende, los usos de los CVC demandan vigilancia estrecha en hospitales y unidades de diálisis [17].…”