Durante décadas se ha olvidado el estudio de la historia institucional del Congreso mexicano, especialmente en la etapa en la que prevalecía el régimen autoritario, llamado “de la Revolución Mexicana”. Este artículo busca empezar a colmar esta laguna mediante el análisis de las elecciones congresionales y del sistema de autocalificación en el periodo 1958-1970. Como se mostrará, la celebración de elecciones congresionales no era solamente un burdo ritual de ratificación de los triunfos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Constituía la oportunidad para que los candidatos del partido hegemónico forjaran o estrecharan los contactos políticos dentro de sus respectivos distritos o entidades federativas, los cuales podían serles de utilidad en el futuro para ascender a otros cargos. Asimismo, las elecciones servían para que los gobiernos de la Revolución llevaran su mensaje, por medio de los candidatos y sus campañas, a los lugares más apartados de la República Mexicana. Particularmente importante era la facultad del Congreso para erigirse en Colegio Electoral porque le permitía ser jurado de última instancia para calificar las elecciones de sus propios miembros. Esta función le hacía partícipe del sistema electoral no competitivo, en tanto que constituía el último eslabón que proporcionaba un manto de legalidad al fraude electoral y al autonombramiento de los militantes del PRI para los cargos de representación política. De esta manera quedará explicado cómo se constituía el gobierno unificado en México durante la vigencia del régimen autoritario.
The study of Mexican Congress has been overlooked for decades, due to its secondary role in the Revolutionary regime. This paper aims to fill this gap, by analyzing congressional elections and the assessment of their validity, decided by the Congress (1958-1970). During this era, congressional elections were not only a mere ritual of ratification of the PRI candidates, they were the opportunity for the PRI’s candidates to forge or strengthen political relations within their districts or states. The elections also served the government to spread their message around the country. Finally, the Congress, acting as electoral college, could approve the election of its own members and played an important role in providing a semblance of legality to fraudulent elections.