“…El notable incremento de la población mundial y el cambio climático, ha llevado al uso excesivo de la tierra y agua, lo que ha ocasionado la escasez de estos recursos, principalmente para el desarrollo de actividades agrícolas (Majid et al, 2021;Magwaza et al, 2020a). Ésto ha impulsado el reúso del agua residual para el riego de los cultivos, debido a que contribuye a asegurar las cosechas en algunas zonas ante la variabilidad climática, además de garantizar el destino provechoso de los efluentes, evitando con ello la contaminación de las fuentes de agua (Fragoso-Castilla et al, 2021;Guadarrama-Brito y Galván, 2015). Cifras recientes indican que, a nivel mundial existen 20 millones de hectáreas irrigadas usando agua residual tratada, parcialmente diluida con agua, y en algunos casos sin ningún tipo de tratamiento (Hettiarachchi y Ardakanian, 2017).…”