Introducción. La actividad agropecuaria es usuaria y productora de energía, puede evaluarse mediante el análisis energético, que también relaciona conceptos de física, bioquímica y biología. Objetivos. Evaluar desde un enfoque energético expandido, distintos modelos comerciales de producción primaria de leche. Materiales y métodos. Se trabajó con datos retrospectivos de nueve establecimientos lecheros de la Región Pampeana Argentina, entre julio de 2014 a junio de 2015. Se calcularon cuatro indicadores: egreso energético (EE), ingreso energético (IE), eficiencia energética (EE/IE) y anergía (A). Resultados. Los mayores EE se basaron en productividad primaria neta, en condiciones de alta suplementación. El IE promedió fue 239,9 GJ/ha/año, rango en que se alinearon los sistemas con carga animal media. El agua (67 %) fue la principal aportante. La eficiencia (EE/IE) presentó marcada variabilidad, basada en los IE; aunque la biomasa vegetal fue la mayor causa de fluctuación de los EE, ya que los aportes de leche y carne no difirieron entre sistemas. El stock (almacenamiento) energético remanente no se utilizó dentro del sistema, ni contribuyó con el mismo mediante su exportación, por lo que se definió como una fracción sin utilidad práctica (A). Conclusiones. El análisis energético fue una herramienta válida para evaluar la sustentabilidad de los sistemas, se aplicó en modelos de producción con diferentes estrategias de intensificación. Al incluir la biomasa vegetal, los mayores egresos energéticos (EE) se apreciaron en modelos de alta suplementación, pero en el subsistema lechero tomado de manera individual, se asoció carga animal con mayores EE (por incremento de productividad) y mayores ingresos energéticos (IE), debido al incremento en el agua consumida.