El objetivo de este trabajo es analizar cinco cartas escritas por Antonio Estada, natural de Calvià (Mallorca), entre 1789 y 1790. Procedente de una familia de notarios, en las cartas se aprecia su familiaridad con documentos notariales, mezclada con rasgos típicos de scriptores semicultos. En concreto, sus usos gráficos muestran un cierto manejo de las convenciones escriturarias de la época, junto con características que apuntan a la oralidad de un catalanohablante, de donde resulta en una reorganización particular del sistema gráfico. Así pues, mediante el análisis de estas cartas, este trabajo trata de resaltar el valor que tienen los textos escritos por manos no profesionales para los estudios lingüísticos diacrónicos, especialmente en contexto de contacto de lenguas.