“…Por ejemplo, Kim et al (2010) y Figueroa et al (2015 emplearon como consorcio microbiano bacterias aisladas de vísceras de lombrices de tierra, compost y humus comercial; además, utilizaron como proceso una biodegradación aeróbica (llevado a cabo en biorreactor), que implica controles de parámetros de la reacción: pH, flujo de oxígeno disuelto y potencial de oxidación-reducción. Por otro lado, Hepsibha & Geetha (2019) y Ramesh et al (2020) emplearon una fermentación heteroláctica, llevada a cabo por las enzimas endógenas de los residuos de pescado y solo con la adición de panela como fuente de carbono; como resultado, hubo una producción de ácido láctico, ácido acético, etanol y CO2, lo cual puede inducir a una formación de gas que puede ocasionar inconvenientes en su almacenamiento luego de ser envasado. El método utilizado consistió en una fermentación homoláctica debido al consorcio microbiano comercial (Bio-Lac) compuesto por bacterias lácticas de los géneros Lactobacillus, Streptococcus y Bifidobacterium.…”