La epidemia de gripa de 1918, también conocida como la Dama Española o Muerte Púrpura, dejó a su paso escenas de muerte, desespero y desolación. Aunque inicialmente no se consideró una situación preocupante, para finales de octubre el contagio había llegado a todas las regiones del país y casi todas las actividades en la Bogotá de la época se habían paralizado. En este artículo proponemos analizar algunas de las representaciones elaboradas por artistas y fotógrafos a través de caricaturas, grabados y fotografías que evidencian la magnitud y el impacto de la tragedia. La circulación de estas imágenes durante la epidemia permitió mostrar y denunciar las condiciones precarias que debía afrontar la población colombiana, especialmente las clases más pobres. Esta dinámica posibilitó que la sociedad se reconociera en las carencias y en el dolor del otro, más allá de lo estético, para convertirse en un dispositivo (correcto?) de crítica y reflexión. Por otro lado, las imágenes también evidencian los esfuerzos de diversos grupos sociales que se condensaron en la Junta de Socorros, entidad que organizó la atención sanitaria durante la emergencia; las labores filantrópicas de la iglesia y de una parte de las clases más favorecidas. En este mismo sentido, numerosas instantáneas tomadas al personal médico permiten hacer lecturas sobre las prácticas y el difícil contexto en el que trabajaron. Finalmente, más allá de las cifras, las estadísticas y las escenas macabras, la gripe española permitió al arte fungir como testimonio de las vivencias de pérdida, dolor y duelo.