“…A esto se suma la ausencia de alimentos de uso tradicional rarámuri en la dieta servida como el quelite, el pinole, el nopal y la calabaza. 20,21 Lo anterior es preocupante pues existe evidencia de que las mujeres tarahumaras de edad fértil (12-49 años) que hablan español (que muchas han aprendido en estas escuelas-albergue) tienen una mayor prevalencia de sobrepeso/obesidad si se compara con las que sólo hablan rarámuri (59.3 vs. 37.1%; p=0.003), 22 que tienden a preferir bebidas y alimentos mestizos antes que indí-genas, y que asocian la imagen corporal obesa (IMC ≥32 kg/m 2 ) con símbolos de belleza, salud y fertilidad. 21 Llama la atención que el número total de alimentos utilizados, y los empleados más de tres veces a la semana, fuese consistentemente mayor en el albergue tradicional, lo que sugiere una pobre estandarización de las dietas servidas entre albergues; además se observó un decremento progresivo de la semana inicial a la final en ambos albergues, lo que parece asociarse a la entrega de alimentos.…”