Priapism associated with risperidone use.Report of one case E l priapismo es una erección prolongada y usualmente dolorosa que ocurre en ausencia de deseo o estímulo sexual, no se alivia con la masturbación o el coito, y es consecuencia de un desajuste en los mecanismos reguladores que inician la erección peneana y aquellos que permiten su detumescencia 1 . El priapismo se clasifica en dos grupos: el arterial o de alto flujo, menos frecuente, secundario a lesiones que ocasionan entrada de sangre arterial a los cuerpos cavernosos y que no reviste mayor gravedad; y el priapismo de bajo flujo, venooclusivo o isquémico (95% de los casos), que constituye una urgencia urológica por el intenso dolor que ocasiona y porque además puede acarrear consecuencias penosas como la disfunción eréctil irreversible (un importante porcentaje de pacientes la desarrolla, aun con tratamiento) o la gangrena peneana 2 . Una de las principales causas del priapismo de bajo flujo es el empleo de fármacos con efecto antagonista α-adrenérgico, entre los que destacan los medicamentos antipsicóticos, y a los que se atribuyen hasta 50% de dichos casos 3 . Se asume que el bloqueo adrenérgico desencadena un desequilibrio a favor del tono parasimpático con la consiguiente relajación de las arteriolas cavernosas, disminución del retorno venoso sinusoidal e ingurgitación persistente de los cuerpos cavernosos. Secuencialmente, el incremento de la presión tisular (que en la práctica constituye un síndrome compartimental) llega a superar a la presión arterial con las consiguientes isquemia, hipoxia y acidosis que, al progresar la cascada de eventos, desembocarán en trombosis, muerte celular y fibrosis peneana 4 . El amplio uso de antipsicóticos en medicina, psiquiatría y otras especialidades obliga a tener en cuenta este infrecuente pero deletéreo evento adverso, que bien puede catalogarse como idiosincrático pues no se relaciona con la dosis del psicofármaco ni con la duración del tratamiento 3 . Con ese fin presentamos y discutimos un caso ilustrativo.
Caso clínicoVarón de 32 años, soltero, estudiante universitario y deportista profesional, sin otros antecedentes de importancia, con diagnóstico de esquizofrenia paranoide desde hace tres años para lo cual ha recibido tratamiento regular con 3 mg diarios de risperidona. Inició su cuadro de