La educación, en definitiva, consiste en el proceso vital de desarrollo y formación de la personalidad, no puede confundirse la educación con la mera adaptación del individuo al medio. Es actividad creadora que abarca al hombre en todos sus aspectos, comienza en la familia, continúa en la escuela y se extiende a lo largo de la existencia humana. La antropología, por su parte, busca exhibir la diversidad de los seres humanos para comprender mejor la ontología humana. Así, esta disciplina trata de comprender a la humanidad en toda su complejidad, sin simplificar y negar la antonía. Por eso le interesa, sobre todo, la diferencia entre culturas, épocas históricas, etnias e individuos. La educación y la antropología están íntimamente ligadas, porque ser humano significa poder formarse.