Las comunidades rurales en Colombia han vivido bajo una constante desatención a las necesidades básicas, entre una de las más apremiantes se encuentra la desconexión del sistema energético, lo que obliga al consumo de gasolina, gas licuado del petróleo y leña de forma ineficiente y sufriendo impactos sobre la calidad de vida, adicionalmente, se enfrentan al encarecimiento de insumos agrícolas. Bajo este panorama, es necesario identificar soluciones al alcance de las poblaciones rurales; en este sentido, la digestión anaerobia es un proceso mediante el cual la biomasa residual, como residuos húmedos postcosecha y estiércoles, pueden ser transformados en dos subproductos, biogás y efluente, el primero puede ser empleado térmicamente, y el segundo como fertilizante orgánico. La implementación de los proyectos de energía alternativa requiere del desarrollo de modelos que garanticen la adopción de la tecnología, de lo contrario esta será abandonada en el tiempo. En los municipios de Olaya y Toledo (Antioquia, Colombia), se adelantó el diagnóstico de las biomasas residuales y su potencial de uso para la construcción de biodigestores tubulares, que permitieran, por un lado, dar manejo a estos residuos y por lo tanto ser una opción para la gestión integral y por otro generar una alternativa energética para potenciar su soberanía. Se diseñaron y construyeron dos biodigestores tubulares empleando plástico calibre 8 con un volumen de 12 m3 y 30 días de retención; en el caso de Olaya para el tratamiento de porquinaza, y en el caso de Toledo para el tratamiento de este residuo, estiércol de mulas y aguas mieles del café Este proceso tiene el diferencial de incluir a las comunidades en las diferentes fases: desde el inicio, cuando las familias se postularon; en el diseño, realizando talleres para el diálogo de saberes; en la instalación, en una jornada de campo en el que eran incluidos los vecinos del sector; y, por último, en el proceso de seguimiento.