El avance de la tecnología digital ha permitido concebir Sistemas de Vigilancia Epidemiológicos (SVE) automatizados con un enfoque <em>holístico-sistémico</em> favoreciendo la planeación, operación, gestión y procesamiento de datos fitosanitarios de manera efectiva y oportuna para toma de decisiones en la prevención y manejo regional de plagas. Este tipo de sistemas se enfocan en la salud del cultivo superando la visión reduccionista de plaga en la vigilancia normativa convencional. Un SVE web implica la definición clara del marco regional, objetivos, plaga(s) en su amplia acepción, recursos humanos/financieros, contexto normativo, líneas de investigación de soporte, estructura operativa y modelos de innovación. Estos elementos determinan la precisión, frecuencia y tipo de muestreo y monitoreo, así como las variables de medición relativas a un novel<em> sistema epidemiológico</em>. A diferencia de la vigilancia normativa, un SVE web <em>holístico-sistémico</em> tiene capacidad descriptiva y de pronóstico de riesgos, incluyendo alertas tempranas a partir de análisis espaciales y temporales. La interfaz web SVE asegura la generación flexible y dinámica de reportes y/o análisis automatizados. Un SVE operado en plataformas web, con énfasis en lenguajes de programación y herramientas de uso libre puede ser alojado en servidores genéricos o dedicados para almacenamiento de metadatos configurados con tecnologías Linux/Apache y funcionalidad 24/7 (h día-1). Programas de uso libre incluyen MySQL/MariaDB y otros como gestores de bases de datos; PHP / Node.js, y JavaScript, Ajax, HTML5 y CSS, como tecnologías web de maquetado base ‘back-end’ y ‘front-end’, respectivamente. Esta revisión se enfoca en principios, atributos conceptuales, enfoques metodológicos generales y objetivos de SVE base web. Aplicaciones generales se ilustran con un SVE desarrollado en México para el cafeto (<em>Coffea</em> spp.), el cual permitió operar la vigilancia de 19 plagas, nueve con estatus cuarentenario, mediante la generación, gestión y análisis de 87.4 y 15.7 millones de registros climáticos y epidemiológicos, respectivamente, obtenidos entre 2013-2019.