La implementación de sistemas de geolocalización ha tenido gran auge en la última década, bajo la primicia de poder controlar y proporcionar seguridad en el desplazamiento de vehículos o personas en el desarrollo de diferentes actividades. No obstante, los diferentes dispositivos dispuestos para dichas funciones han sido parcialmente comercializados para interactuar en campo con el uso de redes de comunicaciones móviles o, en su defecto, dispositivos de posicionamiento global independientes, con comunicación satelital para la visualización en plataformas digitales. Estos sistemas generan ciertas limitantes, tanto en tamaño como en consumo de energía, debido a los dispositivos dispuestos para uso en aplicaciones generales. Es por esto que se realizó un estudio tecnológico de los diferentes dispositivos de geoposicionamiento, teniendo en cuenta tamaño, consumo energético y envío de información por radiofrecuencia. De esta forma se diseñó e implementó un sistema con un nodo remoto para uso en inteligencia estratégica militar, para desplazamientos en áreas sin coberturas de redes de comunicaciones móviles. Y una estación base encargada de la recepción de información y de envío a una plataforma de visualización satelital. Como resultado, se obtuvo un módulo remoto de bajas dimensiones que permanece en estado de reposo para ahorrar energía y solo se activa cuando recibe un mando desde el módulo base, teniendo un alcance de enlace superior a veinte kms, siempre y cuando se asegure línea de vista.
La ventaja de tener un dispositivo programable en el nodo remoto es el poder controlar variables que no se logran manejar en otros dispositivos similares, tales como: ahorro de energía, tiempos de trasmisión de datos y codificación propia para seguridad de la transmisión, convirtiéndose así en un sistema más confiable para uso en operaciones militares.