“…Dicha sintomatología involucra diversas áreas de la vida de los individuos, ya que, la gran mayoría de los pacientes evaluados, ven enormemente mermada su capacidad física, su actividad intelectual, su estado emocional, sus relaciones personales, de pareja y familiares, su carrera profesional y su salud mental (Bernard et al, 2000, Paulson et al, 2003citados por Salgueiro, 2011, y que se pueden expresar en distintos trastornos de tipo depresivo, distímicos, de ansiedad, obsesivos compulsivos, de pánico, por somatización, de personalidad, fobias y concomitantemente la dependencia de alcohol y medicamentos (García et al 2006). Una vez conocidos los síntomas o la presencia de trastornos, Adam et al, (2011), consideran que resulta favorable el poder distinguir de entre las expresiones psicológicas, las que favorecen la aparición o el mantenimiento de una enfermedad osteoarticular, las que surgen como la repercusión de las enfermedades osteoarticulares y las somatizaciones con expresión osteoarticular, que constituyen la expresión física de un trastorno psíquico de tipo neurótico o depresivo. Todo esto, con el propósito de ampliar el entendimiento del proceso etiológico y patógeno de la FM, favoreciendo con esto la inespecificidad del diagnóstico y el tiempo implicado en ello.…”