El topónimo Beteta es actualmente conocido como nombre de una localidad de la provincia de Cuenca famosa por sus abundantes aguas, explotadas comercialmente en la actualidad. Pero el topónimo se repite de norte a sur en la parte oriental de la península ibérica, y en la mayoría de los casos vinculado también a lugares con una presencia importante del agua. En el presente artículo planteamos que esta circunstancia permite defender la relación entre esta forma toponímica y un teónimo ibérico en el que parece cumplirse también una especial vinculación con el agua.