“…Nuestra concepción de este pie se enmarca en el campo de la "educomunicación", término que preferimos a otros asociados como "alfabetización mediática" (Kendall y Mc-Dougall, 2012;Gutiérrez y Tyner, 2012; Area-Moreira y Ribeiro-Pessoa, 2012), por el inequívoco acento dialéctico, dialógico y democratizador que aquel pone en la imbricación entre educación y comunicación. Así, mientras que determinadas concepciones de la media literacy adoptan un enfoque economicista orientado a la eficaz instrucción en unos medios supuestamente neutrales (Aparici, 2010: 11) o abrazan sin más un paradigma de "sonambulismo tecnológico y amnesia educativa" (Cabello y Rascón, 2015), y mientras que términos como "educación para la comunicación" y "comunicación para la educación" entrañan el riesgo reduccionista de "escolarizar la comunicación o tecnificar la educación" (Huergo, citado en Oliveira, 2010: 130), la educomunicación remite explícitamente a la tradición de la pedagogía de la liberación y la pedagogía de la comunicación auspiciada desde los setenta del siglo pasado por Paulo Freire, Mario Kaplún, Daniel Prieto o Francisco Gutiérrez (Aparici, 2010;Abellán y Mayugo, 2008).…”