“…En esta dirección, se han venido realizando estudios destinados al desarrollo y aplicación de indicadores (Torquebian, 1992;Smyth & Dumansky, 1995;Gómez et al, 1996;López-Riduara et al, 2002;Zhen et al, 2005;Abbona et al, 2007). En este contexto, es posible utilizar artrópodos como indicadores (Ribera & Foster 1997, McGeoch, 1998Koivula, 2011;Jerez-Valle et al, 2014), ya que alteraciones ecológicas difíciles de medir resultan en cambios en la estructura comunitaria de estos invertebrados (Noss, 1990;Brown, 1991;Lavalle et al, 2006;Sharley et al, 2008;Koivula, 2011;Castiglioni et al, 2017). Entre los Coleopteros, la Familia Carabidae se reconoce como indicadora de condiciones ambientales, del grado de disturbio y de factores antrópicos, a distintos niveles de escala (Luff, 1996;Agosti & Sciaky, 1998;Woodcock et al, 2006;Paleologos et al, 2007;Canepuccia et al, 2009;Pakeman y Stockan, 2014;Mickaël et al, 2015;Castiglioni et al, 2017;Cavaliere et al, 2019), por lo que esta familia constituye una buena herramienta para el análisis ambiental y ecológico de los agroecosistemas (Canepuccia et al, 2009;Koivula, 2011;Porrini et al, 2014;Mickaël et al 2015).…”