FRAGMENTO
La transición histórica de la contemporaneidad y la notable expansión social (cambios en los factores de riesgo) y poblacional, han hecho de los siglos XX y XXI la era de las enfermedades crónicas no transmisibles. En 1900, un recién nacido tendría una esperanza media de vida al nacer próxima a los 35 años. No obstante, para 2010, la perspectiva vital se había expandido hasta los 82 años en los países con mayor desarrollo económico. La dinámica cambiante de la senectud permitirá que cuatro de cada diez niños nacidos después del año 2010 alcancen los 100 años de vida. En el pasado, la mayoría de las muertes estaba relacionada a enfermedades infecciosas como la neumonía, tuberculosis, o patologías gastrointestinales agudas. En la actualidad, las causas se concentran en el cáncer y en la enfermedad cardiovascular. Ahora, la incidencia de las enfermedades crónicas se reúne en las poblaciones con ingresos bajos y medios, que soportan el 80% de la carga global de tales entidades.