“…Si bien es común asumir una bidireccionalidad o influencia recíproca entre consumo de alcohol, impulsividad y toma de riesgos (Euser et al, 2011;Verdejo-García et al, 2008), los trabajos con fundamento empírico para este enunciado son escasos (Fernie et al, 2013;Malmberg et al, 2013). Asimismo, los pocos estudios que evaluaron este efecto recíproco emplearon sólo indicadores psicométricos (Malmberg et al, 2013) o conductuales (Fernie et al, 2013) El cerebro adolescente, sin embargo, atraviesa un rápido proceso de reorganización, y los estudios preclínicos en esta edad indican que la exposición a cantidades elevadas de alcohol induce, entre otros efectos, neuroinflamación y alteraciones en el sistema dopaminérgico (Pascual, Boix, Felipo, & Guerri, 2009 problemas derivados del consumo y de presentar una mayor severidad de problemas con esta sustancia (Cranford, McCabe, & Boyd, 2006;Hingson, et al, 2009;Pilatti et al, 2016 resultados, se corresponden con resultados de estudios previos con muestras de mayor tamaño y análisis de datos más complejos (Fernie et al, 2013;Malmberg et al, 2013).…”