“…La primera es referente a los recursos informáticos que, aun siendo suficientes en nuestro caso, no podemos asegurar que todas las aulas ocupacionales los tengan. No obstante, podría subsanarse cualquier carencia de recursos con las aportaciones de los propios alumnos, ya que los jóvenes tienen cada vez más acceso a ordenadores, tabletas, móviles o cualquier tipo de pantalla, pertenecen a la i-Generación y, por tanto, usan estas pantallas como medio socializador de primer nivel (Ballesta, Cerezo & Veas, 2014;Buckingham & Wallis, 2013;Marta, Martínez & Sánchez, 2013;Ballesta, 2011;Ballesta, Lozano, Alcaraz & Cerezo, 2012). La segunda limitación importante es la variedad de alumnos que puede entrar en este tipo de aulas, por lo que antes de aplicarla recomendamos un buen estudio de cada uno de los casos e, incluso, no aplicarla nada más empezar el curso, dando tiempo a conocer bien a los alumnos y detectar sus intereses para enfocar bien cada una de las tareas.…”