En la articulación de la rodilla se describen diversas entidades traumáticas. Entre las causadas por avulsión destaca la fractura de la espina tibial. La estructura responsable de la tracción de este fragmento óseo es el ligamento cruzado anterior, el que en combinación con otros mecanismos de acción en el eje axial y rotacional provocan esta fractura. Según su severidad, se clasifican en cuatro grados, de menor a más severas, lo que ayuda a definir la conducta terapéutica que puede ser tanto conservadora como quirúrgica. Las complicaciones son las típicas de las lesiones intrarticulares, las que pueden llegar hasta la anquilosis de la articulación.