“…En el constructo "violencia en las relaciones de noviazgo" es posible identificar tres elementos esenciales subyacentes: (1) la amenaza o la provocación (intencionada) de un daño real, ya sea físico, psicológico o sexual, (2) el control o el dominio de un miembro de la pareja (mediante amenazas o tácticas coactivas/coercitivas) y (3) que las amenazas, las coacciones, el control, la dominación o el daño se produzcan en el seno de una relación de noviazgo. En cuanto al primer elemento, hay que matizar que la intencionalidad de causar daño no siempre está presente en una acción violenta (véase Carrasco y González, 2006) y, en este sentido, la auto-defensa es un motivo de agresión a la pareja frecuentemente esgrimido por las mujeres (Follingstad, Wright, Lloyd y Sebastian, 1991;Foshee, Bauman, Linder, Rice y Wilcher, 2007;Harned, 2001;Lewis y Fremouw, 2001;Straus, 2008). El segundo elemento (i.e., el control o el dominio del otro miembro de la pareja) es común a la VIP en adultos y a la VG, de tal forma que las conductas de abuso y maltrato suelen ir dirigidas a la obtención o al mantenimiento del poder, de la autoridad y/o del control de la relación, así como al sometimiento de la víctima (Amor et al, 2010;Echeburúa y Corral, 1998).…”