RESUMENComo todas las figuras míticas, la de Robin Hood se resiste a ser encuadrada en un momento histórico determinado. Así, frente a quienes intentan descubrir un Robin de carne y hueso, seguimos constatando mediante la literatura y el cine que el personaje encarna el sueño de los oprimidos de cualquier signo. En este estudio no pretendemos aportar datos que confirmen su identificación históri-ca sino presentar al forajido como encarnación, desde nuestro punto de vista, de la dinámica social de la baja edad media inglesa, representada asimismo en la propia adaptabilidad de la balada.
ABSTRACTLike most mythical characters, Robin Hood evades the possibility of being constrained by a particular historical moment. Facing those scholars who try to determine a real flesh and blood figure, literature and the film industry persist in presenting him as the incarnation of freedom wishes for all types of audiences, and thus, as an adapted type to the diversity of expectations arising at each moment. This paper does not try to provide with new evidence that confirms his historical existence but rather to search for the historical conditions that allowed him to become, from our point of view, the incarnation of the very social dynamics of late medieval England, which are equally represented by the adaptability of the ballad.Mucho antes de transformarse en uno de los héroes nacionales ingleses, Robin Hood era ya era el héroe local, casi familiar de cada condado y aldea del país.1 Su popularidad, de 1 Si a la identidad real nos referimos, podemos remitirnos a la inmensa cantidad de Robin Hoods registrados en diversos archivos desde el siglo XIII, casi siempre relacionados con actos criminales. Entre los historiadores que han perseguido incansablemente al personaje destaca la labor de más de treinta años de Joseph Hunter, archivero de la Public Record Office (desde 1852) que siguiendo los datos de la Geste, pensó que el rey referido en ella sería Eduardo II en su viaje de 1323 a Yorkshire y Lancashire. Descubrió un Robin Hood al que se despide de su puesto de portero de la cámara real en 1324, y que puede o no ser el Robert Hood casado con una tal Matilda y residente en Wakefield en 1316-17. Éste había apoyado a Odisea, n º 4, 2003,