“…Por último, otros estudios asumieron el carácter de auto-etnografías en los mundos virtuales, focalizando tanto en el registro como los análisis tecno-biográficos respecto de diversos dominios de la vida cotidiana propia y de los contextos de proximidad presenciales y virtuales (balcones, viviendas, barrios, blogs, redes sociales, etc.) (Góralska 2020, Kahn 2022) En este trabajo se focaliza en aquel grupo de estudios, en los que la tecnología es entendida como mediación, es decir, en aquellos casos que, debido a ciertas condiciones extraordinarias, y/o diseños particulares de investigación, las formas excluyentes de comunicación y registro de los modos de vida, sus contextos y perspectivas se realiza a través de recursos tecnológicos (comunicaciones telefónicas, mensajes de textos y audios, video llamadas, etc.). Para esclarecer los procesos particulares de enunciación y comunicación, las lógicas de lo decible, audible e inteligible en estos estudios (Rancière 1996), se hace necesario analizar: a) las mediaciones tecnológicas en antropología, b) los fundamentos teóricos de las transformaciones y poderes de resolución que incluyen, c) las modificaciones en los registros de los vínculos, las diversidades y las éticas relacionales que despliegan en contextos segregados (Crivero y Favara 2021, Newman et.al.…”