“…Hoy se tienen incubadoras abiertas, cerradas, especialistas, generalistas, virtuales, presenciales, sectoriales y tecnológicas, sin y con fines de lucro, universitarias y privadas y un largo etcétera, tal como dan cuenta Messeghem et al (2018). Algunas de estas organizaciones difieren en sus metodologías, públicos y objetivos, lo cual explica por qué hasta la fecha no se ha podido establecer un modelo único de evaluación del desempeño o la eficacia (Dhochak et al, 2019). Además, no hay consenso en los investigadores sobre lo que constituye la eficacia en la esfera de la incubación de empresas y cómo medirla, tal como afirma, desde la década del noventa, Mian (1996).…”