“…Se sabe que el estrés psicosocial es un factor predisponente y de riesgo potencial para presentar y exacerbar los síntomas de la DP por somatización del evento desencadenante (1,40,52,53), por lo que no es una coincidencia que la mayor parte de las estudiantes en este estudio pertenezca a la facultad de medicina, cuyo estilo de vida es particularmente estresante, más que otras carreras, como ha sido reportado por varios autores (47,54). Esto se ha visto reforzado sobre todo en estos últimos años, considerando las grandes demandas académicas que atraviesan en su día a día, laborales y emocionales durante las pasantías, la paralización frecuente de las clases presenciales, las tomas de decisiones constantes frente al sufrimiento de los pacientes asignados, insatisfacción con la elección universitaria y profesional, así como las condiciones de los puestos de trabajo a nivel hospitalario y en las aulas de clases, carentes de recursos básicos, en su gran mayoría, y ahora agregándose la pandemia por la COVID-19, lo que hace que la población de los profesionales de la salud, incluyendo a los estudiantes, sea caracterizada como vulnerable al momento de somatizar y exacerbar signos y síntomas presentes (54)(55)(56)(57)(58)(59).…”