IntroducciónEl radón es un gas incoloro, inodoro e insípido que procede del uranio que contienen las rocas de la corteza terrestre. Al emanar del subsuelo, el radón se acumula en el interior de lugares cerrados, como pueden ser las viviendas y los lugares de trabajo. Hay tres tipos de isótopos de radón, 222, 220 y 219, que dependen del isótopo de uranio que es la cabeza de la serie radiactiva. Aproximadamente el 80% de todo el radón que existe en el ambiente es radón 222, y a él nos referimos habitualmente como radón interior, pues es el más relevante desde el punto de vista epidemiológico.El radón 222 tiene una vida media de 3,8 días, y debido a esta vida media no constituye un riesgo en sí mismo al ser inhalado. El problema viene dado por sus descendientes, el polonio 218 y el polonio 214, que tienen una vida media mucho más corta, pero que se vinculan a partículas que al ser inhaladas quedan retenidas en diferentes tramos del aparato respiratorio. Estos descendientes de vida media corta emiten radiación alfa (radiación ionizante, al igual que el radón 222) que, si bien es muy poco penetrante, libera toda su energía en unos micrómetros. De este modo, al inhalarse la partí-cula sólida con descendientes de vida media corta, la radiación alfa impacta en las células del epitelio pulmonar, produciendo alteraciones moleculares y finalmente cáncer de pulmón. La exposición al radón supone más de la mitad de la radiación que recibirá un ser humano a lo largo de su vida 1 .El radón es más denso que el aire y por ello su concentración es más alta en los pisos bajos y también en las casas con sótano, ya que la superficie de entrada es mayor (el sótano está excavado) y el radón se difunde con mayor facilidad hacia los pisos superiores 2 . El factor que más influye en la concentración de radón residencial es el sustrato geológico sobre el cual se asienta la vivienda, es decir, el contenido en uranio de las rocas del subsuelo. Por esta razón, muchos países han realizado mapas de exposición al radón residencial. Otros factores que también influyen son el material de construcción de la vivienda, los hábitos de ventilación y la antigüedad del edificio. Sin embargo, contrariamente a lo que muchos piensan, el material de construcción contribuye como mucho en un 15% a un 20% en la concentración total de radón interior 1 .Recientemente se ha avivado el interés por el radón interior, no sólo por su presencia en las viviendas, sino porque muchos trabajadores pueden estar expuestos ocupacionalmente a concentraciones * Autor para correspondencia.Correo electrónico: alberto.ruano@usc.es (A. Ruano-Raviña). altas 3 , como es el caso de los empleados en lugares subterráneos (garajes, metro, cuevas turísticas, oficinas o locales comerciales en el subsuelo, etc.) y también de los trabajadores cuyo puesto de trabajo se localice en zonas geográficas de alta exposición al radón.
El radón residencial como carcinógeno humano. Radón y cáncer de pulmónEl radón ha sido declarado carcinógeno humano por la Environmental Protection Agency de Estados Uni...