Sexually transmitted infections (STI), including HIV, are among the most reported diseases in the U.S. and represent some of America's most significant health disparities. The growing scarcity of health care services in rural settings limits STI prevention and treatment for rural Americans. Local health departments are the primary source for STI care in rural communities; however, these providers experience two main challenges, also known as a double disparity: (1) inadequate capacity and (2) poor health in rural populations. Moreover, in rural communities the interaction of rural status and key determinants of health increase STI disparities. These key determinants can include structural, behavioral, and interpersonal factors, one of which is stigma. Engaging the expertise and involvement of affected community members in decisions regarding the needs, barriers, and opportunities for better sexual health is an asset and offers a gateway to sustainable, successful, and non-stigmatizing STI prevention programs.
Keywords Sexually transmitted infections • Stigma • Rural populations • Community engagement
ResumenLas infecciones de transmisión sexual (ITS), incluyendo al VIH, se encuentran entre las enfermedades más diagnosticadas en los Estados Unidos y representan algunas de las disparidades de salud más significativas. La creciente escasez de servicios de atención médica en entornos rurales limita la prevención y el tratamiento de las ITS para los estadounidenses de zonas rurales. Los departamentos locales de salud son las fuentes principales para el cuidado de las ITS en las comunidades rurales, pero estos proveedores confrontan dos desafíos principales, o una doble disparidad: (1) capacidad inadecuada y (2) malas condiciones de salud entre las poblaciones rurales. Además, en las comunidades rurales la interacción entre el estatus rural y determinantes claves de la salud aumentan las disparidades asociadas a las ITS. Estos determinantes clave pueden incluir factores estructurales, de comportamiento y interpersonales, como el estigma. El involucrar la experiencia y la participación de los miembros de la comunidad afectados en las decisiones sobre las necesidades, barreras y oportunidades para una mejor salud sexual es beneficioso y ofrece una puerta de entrada a programas de prevención de ITS sostenibles, exitosos y no estigmatizantes.
Palabras ClaveInfecciones de transmisión sexual • Estigma • Poblaciones rurales • Participación comunitaria