“…Grosso modo, unas han indagado en los perfiles de los maestros que ejercen una mayor y mejor influencia educativa y personal en los alumnos (Cooper y McIntyre, 1996;Opdenakker y Van Damme, 2006;Kukla-Acevedo, 2009;Timmerman, 2009); y otras se han centrado en las razones y motivaciones que mueven a querer formar parte de ese grupo especial de personas del que hablaba Dewey (Richardson, 1996;Abrandt y Hammar, 2009;Trent, 2011;Caires, Almeida y Vieira, 2012;Stenberg, Karlsson, Pitkaniemi y Katriina, 2014). Dichas investigaciones, aunque nos sitúan ante un asunto complejo (Woods y Jeffrey, 1996;Korthagen, 2004), nos permiten construir tres categorías o tipologías que reúnen los rasgos y las características más relevantes del buen maestro, y las razones o motivaciones más destacadas para querer llegar a serlo.…”