“…Sin embargo, se ha planteado si las empresas deben utilizar la CSA para tomar o no posición en asuntos comprometidos (Moorman, 2020), dado que no forman parte del proceso democrático, pero sí tienen una gran influencia en los asuntos sociales (Krebel, 2017). Es más, en muchos casos esa influencia de las empresas es mayor que la que tienen algunos gobiernos (Kotler y Sarkar, 2018), porque estos están sufriendo una crisis de legitimidad con su falta de transparencia (López-Aza et al, 2021). Por tanto, estas acciones de CSA atribuyen a las empresas valores que son típicos de los seres hu-manos, es decir, al usar la CSA las empresas personalizan las causas, como ocurre cuando los políticos defienden sus posiciones (Krebel, 2017), por lo que entraña un riesgo que hay que valorar cuidadosamente.…”