Este artículo examina las posibles consecuencias de la aplicación de la Evaluación Nacional Diagnóstica de Formación Inicial Docente o END FID que rindieron 1691 futuros profesores de matemáticas entre los años 2017 y 2019 en Chile. Se analizaron los resultados de la prueba de conocimientos disciplinares, y se contrastaron con variables temporales, institucionales, territoriales, y socioeducativas. Los resultados muestran que, si se asume que esta evaluación mide lo que pretende medir, independiente de la variable que se analice, una proporción importante de quienes serán profesores cuentan con conocimientos didácticos y disciplinares descendidos. Se generaría así un escenario donde los profesores ingresan al sistema con una “deuda” de conocimientos, bajo las lógicas institucionales dominantes. Esto puede generar consecuencias negativas en cuanto a la identidad de los docentes en formación, instituciones formadoras, y docentes en ejercicio, abriendo paso a un cuestionamiento del instrumento y su forma de aplicación.