“…En el culvivo de esta fruta, se suele generar una variedad de residuos, como que se pueden aprovechar mediante digestión anaerobia para la generación de biogás. Entre las partes de la planta que se han usado para este fin, está: el pseudo tallo (Shiyou et al, 2019), las hojas (Shakti et al, 2020), las cáscaras (Chananchida et al, 2014) y frutos de rechazo (Guevara et al, 2016); en muchos casos se ha requerido de tratamientos previos de la biomasa, como calentamiento (Arpita et al, 2019), molido (Nipon et al, 2014) o tratamientos bioquímicos (Caballero et al, 2010), para optimizar la degradación e incluso se han probado mejoras en la calidad de los inóculos empleados en los biodigestores (Yang et al, 2019), llegando a producirse en condiciones variables valores de biogás de hasta 422,5 mL BG/gSV (Shiyou et al, 2019), y metano de 181 mL CH4/gST (Saowaluck et al, 2014), 251 mL CH4/gSV (Chananchida et al, 2014), 330,6 mL CH4/gSV (Jesuyemi et al, 2017, 439 mL CH4/gSV (Nipon et al, 2014) o 232,4 mL CH4/gSV (Chengming et al, 2013).…”