El trauma es la principal causa de muerte de la población en edad productiva. El abordaje del trauma torácico cerrado todavía es un desafío para el médico de urgencias. Aunque no es una entidad frecuente, se asocia con una alta mortalidad y resultados adversos. El diagnóstico del trauma cerrado de aorta torácica (LCAT) requiere un alto índice de sospecha, dado que los signos y síntomas no son específicos de esta enfermedad (dolor torácico, dolor interescapular, disnea, disfagia, estridor, disfonía). Es importante resaltar que la ausencia de inestabilidad hemodinámica no debe descartar una lesión aórtica. Para su diagnóstico imagenológico se debe tener en cuenta que los rayos X de tórax no tienen el rendimiento adecuado, el patrón de referencia es la angiotomografía y el ecocardiograma transesofágico (ETE) constituye una opción diagnóstica. El manejo incluye líquidos endovenosos y antihipertensivos como medida transitoria, manejo quirúrgico definitivo y, en algunos casos, manejo expectante o diferido. Los pacientes inestables o con signos de ruptura inminente deben ser llevados de manera inmediata a cirugía. El manejo quirúrgico temprano ha impactado en la mortalidad. A pesar de los avances en las técnicas quirúrgicas, la técnica quirúrgica abierta documenta mayor tasa de mortalidad que el manejo endovascular, el cual tiene numerosas ventajas al ser poco invasivo. Esta es una revisión narrativa que destaca algunos aspectos clave sobre los mecanismos de lesión, diagnóstico y manejo inicial del trauma cerrado aorta torácica. Por último, se propone un algoritmo de abordaje de trauma de aorta.