“…Frente a esto, podemos afirmar que, en primer lugar, Borges exhibe sin ser un especialista, un conocimiento bien informado de algunos elementos de la cultura árabe -en especial, con respecto a sus tradiciones literarias y religiosas- (Ferrín, 1992;Elia, 1998;Tornielli, 2001;Betancort Santos, 2010; López Baralt, 2012 y 2013; Mbaye, 2016). 3 Al separarse de una mirada reductiva, que equipara lo oriental con lo bárbaro o con lo exótico, la perspectiva de Borges es capaz de reconocer ideas y pensadores singulares que el autor evalúa, discute y pone en diálogo con sus equivalentes occidentales.…”