Este artículo analiza los efectos del autoritarismo digital —ataques virtuales gubernamentales dirigidos contra personas que defienden los derechos humanos— en Colombia y Guatemala. Para ello, combina el modelo político y el modelo de minorías en un marco teórico que abarca los impactos del discurso virtual antiderechos humanos. También documenta dichos impactos mediante la sistematización de ataques en redes sociales a activistas y entrevistas a los agentes involucrados. Analiza los efectos no letales del discurso de odio en redes sociales y la adopción de medidas de protección como la autocensura, el abandono de las labores de defensa y la emigración. Finalmente propone un nuevo Código de Conducta Digital avalado por la ONU para que los Estados adopten políticas digitales transparentes, para que no inciten ataques y abandonen la vigilancia ilegal de quienes defienden los derechos humanos.