“…Bradicardia, independientemente de la causa, debe confirmarse mediante un electrocardiograma de 12 derivaciones; permite corroborar que se trate de una bradicardia, pero también arroja información acerca del mecanismo desencadenante y la condición eléctrica del corazón del paciente, proporcionando a, su vez, posibles blancos terapéuticos (5). La utilización del electrocardiograma para constatar hiperkalemia en un posible síndrome de BRASH, o hiperkalemia per se, puede llevar al clínico a formular una impresión diagnóstica falsa (4,6,10,17). Como se ha mencionado previamente, los cambios morfológicos representativos de hiperkalemia en el electrocardiograma, por lo general, no se exhiben, en parte porque los niveles no son lo suficientemente elevados para generar cambios electrocardiográficos; también porque la sensibilidad del EKG como método para detectar hiperkalemia es deficiente (1,5,9,17).…”