En este artículo se documentan dos casos peculiares de asilo político concedido en situaciones excepcionales por el gobierno de México a brasileños perseguidos por el régimen militar. En el primer caso, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz asiló, entre septiembre de 1969 y marzo de 1970, a una veintena de presos políticos cuya liberación y envío inmediato al exilio fue forzado por organizaciones revolucionarias en Brasil a cambio de liberar a dos funcionarios diplomáticos, de Estados Unidos y de Japón, que habían sido previamente secuestrados por ellas.El segundo caso se dio en 1973, cuando en el contexto del golpe de estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende en Chile y de la gran solidaridad que el gobierno de México ofreció al pueblo chileno, se concedió asilo diplomático a un grupo de 43 brasileños que fueron perseguidos en ese país, pero una vez en México se les negó el asilo territorial, obligándolos a buscar otro país de asilo.Se trata de casos sui generis de asilo político, pues se dieron en situaciones que no se habían registrado antes con ninguna otra comunidad de exiliados y, por lo tanto, resultan ilustrativas y reveladoras de las variaciones que se dieron en la aplicación de la política de asilo en México, particularmente durante la segunda mitad del siglo XX.