“…Por un lado, algunos alumnos con discapacidad visual podrían experimentar dificultades para trabajar con ciertos documentos auténticos, debido a la tipografía, el tamaño de letra, los colores y los contrastes empleados, etc. Algo similar ocurriría con los estudiantes con deficiencia auditiva si han de enfrentarse a audios en los que se escuchen las intervenciones con dificultad, haya demasiados ruidos o música, el volumen sea inapropiado o se reproduzcan en un entorno físico que no cuente con las ayudas técnicas necesarias ni las instalaciones adecuadas que permitan aislar los ruidos y la reverberación (véase Podlewska, 2021). Pensemos, además, en que el material real a veces se selecciona con poco tiempo de antelación, es decir, los docentes escogen temas de actualidad para trabajar en el aula, por lo que los textos (orales, escritos o audiovisuales) que utilizan apenas se han creado en la cultura extranjera unos días antes, lo cual dificulta en gran medida disponer del tiempo suficiente para adaptarlos.…”