“…Actualmente existe un campo de estudio que pretende incorporar las variables de personalidad en las teorías criminológicas para construir modelos que integren variables de personalidad y factores biológicos con factores psicosociales y socioculturales. En este campo se han investigado las variables que se han relacionado con el temperamento, un grupo de características que se asume que dependen del substrato biológico individual y que muestran un relativo grado de estabilidad a lo largo de la vida (Alcázar-Córcoles, Verdejo y Bouso-Sáiz, 2015;Alcázar-Córcoles, Verdejo-García y Bouso-Sáiz, 2016;Alcázar, Verdejo, Bouso y Ortega, 2015;Moya y Romero, 2015). En psicología criminal, las tres dimensiones del modelo de Eysenck (PEN) medidas con el cuestionario de personalidad EPQ-A (E, extraversión; N, neuroticismo; P, psicoticismo) junto con impulsividad (Alcázar-Córcoles et al, 2015), riesgo de violencia (Alcázar-Córcoles et al, 2016) y búsqueda de sensaciones (Alcázar et al, 2015a,b) han merecido una especial atención (Alcázar, 2007;Alcázar-Córcoles, Verdejo-García y Bouso-Saiz, 2008;Alcázar-Córcoles, Verdejo-García, Bouso-Saiz y Bezos-Saldaña, 2010;Eysenck y Gudjonsson, 1989;Fishbein, 2000Fishbein, , 2001Howard y Duggan, 2010;Klinteberg, Johansson, Gacono y Alm, 2008;Kockler, Stanford, Nelson, Meloy y Sanford, 2006;Romero Luengo y Sobral, 2001;Verdejo-García, Lozano, Moya, Alcázar y Pérez-García, 2010;Whiteside y Lynam, 2001;Zuckerman, 1991;Zuckerman y Kuhlman, 2000).…”