Los bioindicadores han demostrado ser herramientas muy útiles para la evaluación del estado de perturbación o madurez de los ecosistemas, así como en la monitorización y detección de cambios en el entorno. Teniendo en cuenta una serie de criterios que justifican la calidad de los grupos bioindicadores, diversos taxones de artrópodos podrían ser considerados como óptimos. Existen varios estudios que utilizan a los artrópodos como bioindicadores, especialmente en zonas urbanas. Se exponen algunas experiencias de monitorización llevadas a cabo en los últimos diez años por el Grupo de Seguimiento de Biodiversidad UCM en el Campus Moncloa, un área periurbana situada en el noroeste de la ciudad de Madrid, relacionadas con el seguimiento de poblaciones de artrópodos (mariposas, hormigas y libélulas). Por último, se resumen algunas recomendaciones y perspectivas de futuro para el uso de artrópodos como bioindicadores en áreas urbanas.