“…En el mejor de los casos, se identifican en la literatura cinco ejes sobre los que se sustenta la precariedad: i) salarios bajos o insuficientes; ii) poca o nula cobertura de seguridad social; iii) inestabilidad e incertidumbre en términos temporales de la relación laboral; iv) indefensión en la protección de los derechos laborales, y v) limitado acceso a prestaciones y beneficios derivados de la ocupación(Bonilla, 2015;Guadarrama et al, 2012;Rubio, 2010;Salas Durazo & Flores Payán, 2017).En cualquier caso, la precariedad laboral se refiere a la insuficiencia en las condiciones laborales para atender las necesidades básicas y complementarias, así como la capacidad de contención de externalidades negativas asociadas a la inseguridad o desastres naturales, entre otros factores.En el contexto mexicano, diversos estudios reafirman la existencia de una generalizada precariedad laboral que se ha focalizado en aspectos específicos, tales como desigualdad en la cobertura de seguridad social(Moreno & Flamand, 2015), inestabilidad laboral(García, 2010) y poca protección de los derechos laborales(Rubio, 2017). Asimismo, la precariedad laboral se evidencia de manera diferenciada en varios grupos sociales, como los jóvenes(De Oliveira & Mora Salas, 2008;Román- Sánchez & Sollova-Manenova, 2015), las mujeres(Cervantes, 2016), los estudiantes universitarios (De Vries & Navarro, 2011) y los adultos mayores(Flores Payán & Salas Durazo, 2018).…”