Urban spaces must be adapted to aging citizens’ needs, according to the 2030 Agenda, and the Decade of Healthy Aging. The concept of resilience has been very useful to elucidate such adaptation, as it has been employed to analyse the territorial resilience, and to unveil how aging populations come through diverse physical and cognitive impairments. Nevertheless, few studies have focused on the interrelations between the territorial resilience and elderly persons resilience. This article contributes to such understanding, by resorting to desk research to measure the territorial resilience of the Metropolitan Area of Guadalajara, Mexico, and through 18 in-depth interviews with senior citizens to calibrate how they adapt to physical and territorial alterations. Our results showed varying degrees of resilience. On the one hand, middle-class districts characterised by single-family developments led to many difficulties for aging populations. Such citizens were no longer autonomous and depended on relatives to meet their daily needs. On the other hand, mixed-land use areas in lower-class neighbourhoods were characterised as more resilient, and they allowed certain elderly persons to find nearby places to carry out their quotidian activities.
En el contexto de la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030, y de la Agenda 2030, se aconseja que las ciudades adecúen sus espacios a las necesidades de unas poblaciones cada vez más envejecidas. En el estudio de estas adecuaciones, ha sido de gran interés la propuesta de investigar al territorio y a los adultos mayores desde la perspectiva de la resiliencia. Ahora bien, son muy escasas las investigaciones que abordan conjuntamente las interacciones entre los distintos niveles de resiliencia del territorio y las respuestas resilientes de los adultos mayores. El objetivo de este artículo es indagar en dichas interacciones, en el caso del Área Metropolitana de Guadalajara México. La investigación documental nos ha permitido determinar los diferentes grados de resiliencia del territorio, y la realización de 18 entrevistas en profundidad nos ha permitido caracterizar las resiliencias de los sujetos. Los resultados nos muestran que los territorios monofuncionales y habitacionales de clase alta son los menos resilientes, y en ellos los adultos mayores ven comprometida su propia resiliencia, con amenaza de pérdida de su autonomía; por el contrario, territorios resilientes de usos mixtos, y de clases bajas, han permitido el ejercicio óptimo de la resiliencia a algunos habitantes mayores.