Adherirse a los principios éticos y a las normas legales es insuficiente si dicha adherencia no parte de la reflexión en torno a los contextos que inciden en nuestra praxis, en la persona del consultante y en la propia persona del terapeuta. Así, algunos aspectos de nuestro contexto sociopolítico y económico significativo podrían resultar relevantes para vehiculizar una práctica profesional con garantías éticas. Sin embargo, muy frecuentemente los profesionales partimos de la idea de que las consultas donde desarrollamos las intervenciones psicológicas están al margen de los contextos ideológicos o políticos, dando la impresión de que la participación de la cultura, las políticas en vigor o del marco sociohistórico en curso no tienen cabida en psicoterapia. Este artículo pretende analizar algunos elementos de nuestros contextos y las implicaciones para un desempeño ético en nuestra práctica profesional, al tiempo que señalar algunas situaciones de riesgo de mala praxis para los profesionales de nuestra disciplina.