Desde una intervención en el territorio, este libro estudia la situación socioeconómica estructural de las mujeres, en condición de vulnerabilidad, en el oriente de Cali. Analiza, a la vez, no solo cómo ellas —mujeres jóvenes, pobres y afro— toman las decisiones relacionadas con su supervivencia económica y la de sus familias, sino cómo enfrentan el riesgo de violencia que experimentan en lo cotidiano y cómo han desarrollado la resiliencia y las capacidades necesarias para sobrevivir en un medio hostil. En este caso, la intervención en el territorio estuvo enmarcada por dos coyunturas: una local y otra mundial, suscitadas por la pandemia por covid-19 y por el Paro Nacional de 2021. La primera paralizó la economía, por el confinamiento estricto, que empeoró las condiciones estructurales de pobreza de las mujeres y aumentó la violencia en su contra. Así, a las condiciones precarias que ya sufrían, se sumó el levantamiento popular, en el que las personas jóvenes de sectores populares reclamaban mejores condiciones de vida; sin embargo, se muestra cómo ello les permitió a las mujeres participar en espacios de debate y conversación ciudadana sobre las causas del levantamiento, la respuesta del Gobierno y su participación activa en este fenómeno social, único en el país, y cómo emergieron formas de solidaridad y sociabilidad que pueden dar indicios sobre nuevos modos de intervención y de solidaridad comunitaria.