“…En coherencia con ello, distintos niveles del magisterio coinciden en considerar insuficiente la formación recibida en áreas vinculadas directamente con la CE como el dominio de grupo, la diversidad en el aula, la relación con las familias, la formación en habilidades relacionales, interpersonales y colaborativas y las problemáticas psicosociales, entre otras (Carrasco y Schade, 2013;Ruffinelli, 2013;Ferrada et al, 2015;Gaete et al, 2016;Soto-Hernández y Díaz, 2018). La situación descrita para el profesorado chileno también ha sido reportada en otros contextos latinoamericanos, particularmente en lo relativo a la preparación para abordar la resolución pacífica de conflictos (Jares, 2002) y las dimensiones afectivas e inclusivas de la práctica docente (Cassinda-Vissupe et al, 2017;Leyton-Leyton, 2020). Ante esta situación, distintas investigaciones han relevado la formación docente en los distintos ámbitos de la CE como una necesidad urgente (Jares, 2002;Carrasco y Schade, 2013;Cassinda-Vissupe et al, 2017;Leyton-Leyton, 2020).…”