“…El Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2016) afirma que la prevalencia de jóvenes universitarios en un nivel de formación pregradual, ha aumentado en un 1,3% y el 37% logra obtener grados profesionales (Banco Mundial, 2017). En este sentido, la demanda que se presenta en cuanto al ingreso a la educación superior y la dificultad de permanecer y finalizar determinada formación profesional, obligan a ir más allá que a la caracterización de las competencias básicas de ingreso e identificar el EC-DIC, como uno de los tantos asuntos de la multifactorialidad del aprendizaje (Montoya-Zuluaga, 2017;Flórez-Durango, González-Zuluaga, Londoño-Herrera, Zapata -García y Montoya-Zuluaga, 2016) y la culminación satisfactoria a nivel profesional. Los diferentes hallazgos sugieren hipotetizar que los estudiantes de programas académicos como ingeniería, contaduría pública, biología, química, enfermería, terapia ocupacional, fisioterapia y medicina son IC (Díaz et al, 2014;Oliveira et al, 2009), en contraste con quienes se están formando en áreas como licenciatura en música, lenguas modernas, filosofía, educación física, ciencias sociales y artes escénicas, que tienen una tendencia DC (Montoya et al, 2013).…”