En paralelo al impacto de la pandemia sanitaria del Covid, la lucha contra la desinformación se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las sociedades democráticas y del propio sistema mediático por su histórico papel como garante de libertades y derechos. La viralización de bulos, en su mayoría por redes sociales, ha hecho que medios y periodistas sitúen los procesos de verificación como uno de los ejes de su actividad y exploren nuevas narrativas y estrategias de publicación para llegar a las audiencias. En especial, a las generaciones de jóvenes cada vez más desconectadas de los entornos tradicionales de comunicación. Este contexto está revitalizando, redefiniendo y colocando al periodismo científico en una posición estratégica: por cuanto implica en los procesos de fact-checking, además de por la oportunidad de mejorar el engagement con el público. La presente investigación se construye a partir de un sólido corpus de entrevistas a expertos académicos y profesionales. Las consideraciones y opiniones de estos especialistas han posibilitado la elaboración de un decálogo de buenas prácticas orientado a la exploración del ecosistema transmedia como vehículo de innovación y fomento de la alfabetización mediática.