disciplinar en el que la responsabilidad y autoridad sobre el paciente hospitalizado son compartidas entre el equipo quirúrgico y el clínico, sin necesidad de interconsulta formal 2 .La fractura osteoporótica de cadera es una patología aguda que requiere ingreso urgente en un servicio quirúrgico y está ligada el envejecimiento, además de a una elevada prevalencia de enfermedades crónicas subyacentes, por lo que constituye un buen modelo clínico para implementar esta visión transversal en la integración asistencial de cuidados hospitalarios. En este número de Galicia Clínica, Brinquinho M et al describen la experiencia del servicio de medicina interna del hospital de Vila Nova Gaia/Espinho al frente de una unidad de ortogeriatría 3 . Su enfoque multidisciplinar, basado en una valoración precoz de la comorbilidad, una intervención quirúrgica temprana, la prevención de complicaciones, la optimización del tratamiento pre y postoperatorio, y especialmente en la rehabilitación de la marcha ha asociado unos buenos resultados en cuanto a complicaciones intrahospitalarias y estado funcional al alta. La baja prevalencia de comorbilidad de la serie podría justificar la escasa incidencia de complicaciones en relación con trabajos previos 4 . No obstante, hay evidencias de que estas unidades clínico-quirúrgicas mejoran claramente los resultados en la atención de estos enfermos 5 .La denominación de estas unidades en la literatura médica ha sido variable, dependiendo de las características del centro hospitalario y del equipo que lidera la tarea: unidad multidisciplinar de fractura de cadera, modelo hospitalista de fractura de cadera, unidad geriátrica de fractura de cadera, etc. En los últimos años parece haberse impuesto el término de unidad de ortogeriatría, estimulado por la actividad creciente de la especialidad de El aumento progresivo de la esperanza de vida ligada a la mejora de las condiciones higiénicas, socioeconómicas y de la asistencia sanitaria ha conducido a un incremento constante de la población anciana en los últimos años en nuestro país. En este contexto de envejecimiento, la prevalencia de enfermedades crónicas ha aumentado hasta el punto de convertirse en uno de los mayores retos a los que se enfrenta nuestro sistema sanitario, no sólo desde el punto de vista clínico, sino también en su vertiente social, económica y comunitaria. Este cambio demográfico repercute lógicamente en las características de los pacientes hospitalizados, que cada vez con más frecuencia son enfermos ancianos, pluripatológicos y con una elevada complejidad, tendencia que afecta por igual a las áreas médicas y quirúrgicas.En los servicios quirúrgicos, las mejoras técnicas y en el proceso de cuidados postoperatorios desarrollados en las últimas décadas, permiten realizar intervenciones a pacientes ancianos que hace poco tiempo se habrían descartado por su edad. La complejidad creciente que implica la asistencia sanitaria en este escenario de multimorbilidad, unida a la progresiva superespecialización que se está imponiendo en las dive...